viernes, 21 de marzo de 2008
A RAS DEL ODIO
Cierto papel mojado por recuerdos,
que formulando preguntas al aire,
presumía de ser psicólogo. Le asediaba.
Los sentimientos adquirían formas,
letras y en consecuencia palabras,
ideas.
Cien copas de vino barriéndolas
de un lado al otro del alma.
Y su corazón embalsamado,
alcohólico creado,
recostado en tres costillas,
fulminado.
A ras del odio,
a orillas del mal,
agazapado.
Doscientos te amo
con doscientas bragas usadas
de la mano.
Malgastadas,
en su recuerdo postradas.
Al rancio raciocinio aferradas.
su mano,
esculpiendo un falo,
y el mismo, trabajando el ego
que in situ moldea
ya no se sabe que.
Licuando a hostias la rabia
el tiempo pasa longevo,
y nunca se para,
o simplemente expira.
los minutos deslizandose vanidosos
creando una cruel efeméride.
Una cita,
una caída,
un golpe.
su espíritu
colérico en el horizonte,
que lúgubre ornamentaba el purgatorio.
Tras de sí, su cuerpo,
su materia
que yacía en el suelo
rodeada de sangre.
Y como no, de gente.
De curiosos.
Desamparó, sin miramientos,
cuarenta metros mas arriba,
a un colador de sentimientos.
y aún sigue allí,
sin filtrar sus posos…
que formulando preguntas al aire,
presumía de ser psicólogo. Le asediaba.
Los sentimientos adquirían formas,
letras y en consecuencia palabras,
ideas.
Cien copas de vino barriéndolas
de un lado al otro del alma.
Y su corazón embalsamado,
alcohólico creado,
recostado en tres costillas,
fulminado.
A ras del odio,
a orillas del mal,
agazapado.
Doscientos te amo
con doscientas bragas usadas
de la mano.
Malgastadas,
en su recuerdo postradas.
Al rancio raciocinio aferradas.
su mano,
esculpiendo un falo,
y el mismo, trabajando el ego
que in situ moldea
ya no se sabe que.
Licuando a hostias la rabia
el tiempo pasa longevo,
y nunca se para,
o simplemente expira.
los minutos deslizandose vanidosos
creando una cruel efeméride.
Una cita,
una caída,
un golpe.
su espíritu
colérico en el horizonte,
que lúgubre ornamentaba el purgatorio.
Tras de sí, su cuerpo,
su materia
que yacía en el suelo
rodeada de sangre.
Y como no, de gente.
De curiosos.
Desamparó, sin miramientos,
cuarenta metros mas arriba,
a un colador de sentimientos.
y aún sigue allí,
sin filtrar sus posos…
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1 comentario:
Es que la vida tiene esa conciencia,
ese momento que nos da en la espalda,
que nos hace escribir
y describir lo que vemos claramente/
Tu poesia tiene el don de dibujar
un dia, un mundo, una realida,
me encanta como escribes.
Te quiero a mil
con muchos besosssss
para ti/
Daly*
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