domingo, 23 de marzo de 2008
SENTIMIENTO DE CULPA
El
sentimiento
de culpa,
no guiará
tus pasos,
hacia un lugar
sugestivo.
En muchos otros ámbitos,
colorido.
Solo dilatará
en el tiempo,
una simulada reacción,
equiparable al martirio.
Y como
último peldaño,
como último escalafón,
a lo que nos concede
el suicidio,
de un ser querido.
Es necesario,
no entregarle la espalda
a la vida,
y no acomodarse,
en las tumbonas
del conformismo.
Del pasotismo.
No echar al lastre,
el poco tiempo
del que disponemos,
es prioritario.
Apuñalar con furia
y certeza,
la boca del vientre
de las sombras desfavorables
con movimientos elípticos
que nos fustigan,
también lo es…
sentimiento
de culpa,
no guiará
tus pasos,
hacia un lugar
sugestivo.
En muchos otros ámbitos,
colorido.
Solo dilatará
en el tiempo,
una simulada reacción,
equiparable al martirio.
Y como
último peldaño,
como último escalafón,
a lo que nos concede
el suicidio,
de un ser querido.
Es necesario,
no entregarle la espalda
a la vida,
y no acomodarse,
en las tumbonas
del conformismo.
Del pasotismo.
No echar al lastre,
el poco tiempo
del que disponemos,
es prioritario.
Apuñalar con furia
y certeza,
la boca del vientre
de las sombras desfavorables
con movimientos elípticos
que nos fustigan,
también lo es…
sábado, 22 de marzo de 2008
HISTORIA DE UN FALSO Y DESTRUCTIVO AMOR(EL Y ELLA)
Ella guardaba los recuerdos
abrazados con espinas
bajo la almohada.
.
Clasificaba todo el odio
en los estantes de su subconsciente,
mientras su ropa esparcida,
empantanaba el piso.
Solía vestirse con la sonrisa
de las veladas hipócritas,
y los labios cincelados de mamadas.
Ella dormía en un lecho de llamas,
bajo un aspersor,
que expulsaba mentiras.
Ella era tan ella,
que levitaba a dos palmos
del abrumado asfalto…
Tan ella,
que tras su vestido de seda falsificado,
dos enormes tetas maleables trucadas,
te observaban por encima del hombro,
con sus ojos, en tu inocencia bien clavados.
Tan ella,
que la parte trasera
de un consolador acabado de matricular,
asomaba entre sus piernas.
Tan ella,
que sus putas promesas,
se deslizaban por toboganes de barro,
hacia una playa de te quieros de arena,
donde llovía veneno,
y embriagado soplaba el viento…
Él.
Enamorado de una sensación puntual,
trepaba vertiginosamente
por las paredes de un clavo ardiendo.
Desesperado,
con las llamas perseverantes del error tras sus pasos,
se calzaba el antifaz de haber errado…
Coleccionaba minutos
en compañía de lombrices albinas,
que hallaron cobijo en sus fosas nasales…
Más incontables botellas de vino utilizaba,
a modo de catalejo
para divisar el horizonte
sumido en su “melalcoholia”…
Solo en la ciénaga de la esperanza,
los viernes por la noche
se sentía feliz.
Con su inseguridad de anzuelo,
y a la para también de cebo,
pensó que la quería.
Y aún hoy,
no se arrepiente absolutamente de nada…
abrazados con espinas
bajo la almohada.
.
Clasificaba todo el odio
en los estantes de su subconsciente,
mientras su ropa esparcida,
empantanaba el piso.
Solía vestirse con la sonrisa
de las veladas hipócritas,
y los labios cincelados de mamadas.
Ella dormía en un lecho de llamas,
bajo un aspersor,
que expulsaba mentiras.
Ella era tan ella,
que levitaba a dos palmos
del abrumado asfalto…
Tan ella,
que tras su vestido de seda falsificado,
dos enormes tetas maleables trucadas,
te observaban por encima del hombro,
con sus ojos, en tu inocencia bien clavados.
Tan ella,
que la parte trasera
de un consolador acabado de matricular,
asomaba entre sus piernas.
Tan ella,
que sus putas promesas,
se deslizaban por toboganes de barro,
hacia una playa de te quieros de arena,
donde llovía veneno,
y embriagado soplaba el viento…
Él.
Enamorado de una sensación puntual,
trepaba vertiginosamente
por las paredes de un clavo ardiendo.
Desesperado,
con las llamas perseverantes del error tras sus pasos,
se calzaba el antifaz de haber errado…
Coleccionaba minutos
en compañía de lombrices albinas,
que hallaron cobijo en sus fosas nasales…
Más incontables botellas de vino utilizaba,
a modo de catalejo
para divisar el horizonte
sumido en su “melalcoholia”…
Solo en la ciénaga de la esperanza,
los viernes por la noche
se sentía feliz.
Con su inseguridad de anzuelo,
y a la para también de cebo,
pensó que la quería.
Y aún hoy,
no se arrepiente absolutamente de nada…
viernes, 21 de marzo de 2008
A RAS DEL ODIO
Cierto papel mojado por recuerdos,
que formulando preguntas al aire,
presumía de ser psicólogo. Le asediaba.
Los sentimientos adquirían formas,
letras y en consecuencia palabras,
ideas.
Cien copas de vino barriéndolas
de un lado al otro del alma.
Y su corazón embalsamado,
alcohólico creado,
recostado en tres costillas,
fulminado.
A ras del odio,
a orillas del mal,
agazapado.
Doscientos te amo
con doscientas bragas usadas
de la mano.
Malgastadas,
en su recuerdo postradas.
Al rancio raciocinio aferradas.
su mano,
esculpiendo un falo,
y el mismo, trabajando el ego
que in situ moldea
ya no se sabe que.
Licuando a hostias la rabia
el tiempo pasa longevo,
y nunca se para,
o simplemente expira.
los minutos deslizandose vanidosos
creando una cruel efeméride.
Una cita,
una caída,
un golpe.
su espíritu
colérico en el horizonte,
que lúgubre ornamentaba el purgatorio.
Tras de sí, su cuerpo,
su materia
que yacía en el suelo
rodeada de sangre.
Y como no, de gente.
De curiosos.
Desamparó, sin miramientos,
cuarenta metros mas arriba,
a un colador de sentimientos.
y aún sigue allí,
sin filtrar sus posos…
que formulando preguntas al aire,
presumía de ser psicólogo. Le asediaba.
Los sentimientos adquirían formas,
letras y en consecuencia palabras,
ideas.
Cien copas de vino barriéndolas
de un lado al otro del alma.
Y su corazón embalsamado,
alcohólico creado,
recostado en tres costillas,
fulminado.
A ras del odio,
a orillas del mal,
agazapado.
Doscientos te amo
con doscientas bragas usadas
de la mano.
Malgastadas,
en su recuerdo postradas.
Al rancio raciocinio aferradas.
su mano,
esculpiendo un falo,
y el mismo, trabajando el ego
que in situ moldea
ya no se sabe que.
Licuando a hostias la rabia
el tiempo pasa longevo,
y nunca se para,
o simplemente expira.
los minutos deslizandose vanidosos
creando una cruel efeméride.
Una cita,
una caída,
un golpe.
su espíritu
colérico en el horizonte,
que lúgubre ornamentaba el purgatorio.
Tras de sí, su cuerpo,
su materia
que yacía en el suelo
rodeada de sangre.
Y como no, de gente.
De curiosos.
Desamparó, sin miramientos,
cuarenta metros mas arriba,
a un colador de sentimientos.
y aún sigue allí,
sin filtrar sus posos…
TAL VEZ, LO MEJOR SEA NO PENSAR
A veces es necesario
encontrar respuestas,
a otras tantas preguntas formuladas.
A veces es mejor dejar pasarlas.
A veces el sentimiento de asfixia
crea tensión,
ansiedad.
A veces al dejarte llevar,
serenidad.
Serenidad,
si no se le tiene miedo a la muerte.
A expirar.
Agarrar un dedo,
untarlo de saliva,
erguirlo al viento del destino,
y si el puto viene en contra,
pegarle un quiebro
o volarte la tapa de los sesos…
De muchos factores depende,
y de muchas otras tantas mentes.
Tal vez lo mejor,
sea dejarlo pasar…
encontrar respuestas,
a otras tantas preguntas formuladas.
A veces es mejor dejar pasarlas.
A veces el sentimiento de asfixia
crea tensión,
ansiedad.
A veces al dejarte llevar,
serenidad.
Serenidad,
si no se le tiene miedo a la muerte.
A expirar.
Agarrar un dedo,
untarlo de saliva,
erguirlo al viento del destino,
y si el puto viene en contra,
pegarle un quiebro
o volarte la tapa de los sesos…
De muchos factores depende,
y de muchas otras tantas mentes.
Tal vez lo mejor,
sea dejarlo pasar…
SOLO LÁGRIMAS
SOLO LÁGRIMAS
Lágrimas envenenadas
que caían al charco de la desidia,
con el único objetivo,
de formular reacciones…
Un trasvase
de energía maligna,
que tenazmente asesinaba
toda forma de vida.
Un sin fin de peces alados
con sus alas marchitas se extinguían.
Sapos anoréxicos,
anfibios agonizantes del martirio,
perdieron la pista de su preciado reflejo.
El mismo en que observaban si se hallaban,
famélicos u obesos…
Lágrimas folladoras,
reventando el himen de las ilusiones.
Lágrimas redentoras de uno mismo,
sin mas titubeos y opciones…
Lágrimas con el cartel de aforo completo.
Lágrimas que extraviaron todo el respeto,
ya no se sabe donde.
Lágrimas, solo lágrimas.
¿Aún las conservas?
Las mías hace ya tiempo,
que se escurrieron, y evaporaron
en el infierno.
Y me siento afligido,
un recipiente vacío sin serlo…
Lágrimas envenenadas
que caían al charco de la desidia,
con el único objetivo,
de formular reacciones…
Un trasvase
de energía maligna,
que tenazmente asesinaba
toda forma de vida.
Un sin fin de peces alados
con sus alas marchitas se extinguían.
Sapos anoréxicos,
anfibios agonizantes del martirio,
perdieron la pista de su preciado reflejo.
El mismo en que observaban si se hallaban,
famélicos u obesos…
Lágrimas folladoras,
reventando el himen de las ilusiones.
Lágrimas redentoras de uno mismo,
sin mas titubeos y opciones…
Lágrimas con el cartel de aforo completo.
Lágrimas que extraviaron todo el respeto,
ya no se sabe donde.
Lágrimas, solo lágrimas.
¿Aún las conservas?
Las mías hace ya tiempo,
que se escurrieron, y evaporaron
en el infierno.
Y me siento afligido,
un recipiente vacío sin serlo…
TÚ, QUE LOGRASTE QUE ESCRIBIERA ESTE POEMA DESPUES DE TANTO TIEMPO.
TÚ, QUE LOGRASTE QUE ESCRIBIERA ESTE POEMA, DESPUES DE TANTO TIEMPO.
La muerte se deslizaba
con la leve brisa
como acariciándola,
y agarrándola fuerte de sus nalgas,
un pensamiento luctuoso
del todo extraviado,
que diseccionado por sus garras
resucitaba.
Vértices sinuosos cerebrales
excitados por entrar en acción,
afanaban todo el coraje
que lánguido capitulaba.
La muerte,
esa que en dirección opuesta a la vida
mecía al odio en la cuna,
y lamiéndole un pezón a la luna,
alentaba la ira,
ausentandose así la calma.
Ira que histérica proporcionaba
pellizcos lascivos
a mi ser varado en la repisa.
Ira,
que como mis vampiricas facturas
maquilladas con tus pinturas,
las muy putas,
luchaban por el primer puesto.
Por mis muñecas,
por mi cuello,
quedando así, un cuatro por ciento inútil
para poder mamar.
Resultó ser mi polla,
que unida a mis huevos
acartonados por el recuerdo,
vomitaba una instantánea
donde tu eras la protagonista.
y mis cansados ojos
del todo cegados,
acompañaban a un cuervo que posado en mi hombro
los arrancaba y expectoraba al lodo,
al olvido.
No hacía mas que musitar tu nombre a mi oído,
y jodidamente repetitivo,
engendraba en mis huecos oculares,
lágrimas que por eliminación se ceñían al sudor
segregado por mis poros.
rajando ilusiones
deslizábanse por la inoperante piel,
cual ávidas cuchillas corta sueños.
La puta vida...
¿la percibes ahí enfrente?
Se jactaba del espectáculo,
y abanicándome con un gran fajo de desidia
moría de risa.
Resultaba ser muy puerca,
rascándose la panza
entre carcajada y carcajada.
Como tú,
burócrata del dolor,
verdugo de mis ilusiones,
que con tus manos ancladas en mi corazón
disfrutabas ingenua.
Tú,
que lograste que escribiera este poema,
después de tanto tiempo.
PERRA...
La muerte se deslizaba
con la leve brisa
como acariciándola,
y agarrándola fuerte de sus nalgas,
un pensamiento luctuoso
del todo extraviado,
que diseccionado por sus garras
resucitaba.
Vértices sinuosos cerebrales
excitados por entrar en acción,
afanaban todo el coraje
que lánguido capitulaba.
La muerte,
esa que en dirección opuesta a la vida
mecía al odio en la cuna,
y lamiéndole un pezón a la luna,
alentaba la ira,
ausentandose así la calma.
Ira que histérica proporcionaba
pellizcos lascivos
a mi ser varado en la repisa.
Ira,
que como mis vampiricas facturas
maquilladas con tus pinturas,
las muy putas,
luchaban por el primer puesto.
Por mis muñecas,
por mi cuello,
quedando así, un cuatro por ciento inútil
para poder mamar.
Resultó ser mi polla,
que unida a mis huevos
acartonados por el recuerdo,
vomitaba una instantánea
donde tu eras la protagonista.
y mis cansados ojos
del todo cegados,
acompañaban a un cuervo que posado en mi hombro
los arrancaba y expectoraba al lodo,
al olvido.
No hacía mas que musitar tu nombre a mi oído,
y jodidamente repetitivo,
engendraba en mis huecos oculares,
lágrimas que por eliminación se ceñían al sudor
segregado por mis poros.
rajando ilusiones
deslizábanse por la inoperante piel,
cual ávidas cuchillas corta sueños.
La puta vida...
¿la percibes ahí enfrente?
Se jactaba del espectáculo,
y abanicándome con un gran fajo de desidia
moría de risa.
Resultaba ser muy puerca,
rascándose la panza
entre carcajada y carcajada.
Como tú,
burócrata del dolor,
verdugo de mis ilusiones,
que con tus manos ancladas en mi corazón
disfrutabas ingenua.
Tú,
que lograste que escribiera este poema,
después de tanto tiempo.
PERRA...
SÉ TU MISMO Y REZA
SÉ TU MISMO Y REZA
Te ciñes a la melancolía
en esta estancia que mengua,
que te desgarra el corazón a tiras,
y te comprime como comprime una prensa.
Como un pistón que te impulsa,
cual nuez arrugada de miedo
hacia la pétrea verdad,
reventando el disfraz
de no ser tu mismo.
Y vas y te apagas,
desciendes a la nada,
hacia un abismo
con las paredes empapeladas
de verdades que mienten.
De embustes atestadas,
y de un sin fin de espejos hipócritas que te sonríen
y maldicen que te vayas.
Donde tus aturdidos conceptos
quedaran centrifugados
y bien planchados
hasta el día siguiente.
Donde tu lienzo gris cerebral
Se tiñe de óleo, mezclado con vino barato
y unos cuantos gramos de algo,
para de algo, auto convencerte.
Edulcorando las ideas
uno no se responsabiliza de sus actos,
se inyecta coartadas,
porque no es uno.
Más bien es una puta cáscara de nuez
que dolorosa y lentamente se resquebraja,
esparciendo lo que pudo llegar a ser.
Es necesario mirar hacia dentro
remover la mierda y defecarla,
o podría llegar a ser irreversible
si te das cuenta demasiado tarde,
el sentirse jodidamente estreñido para siempre.
Sé tu mismo y reza…
Te ciñes a la melancolía
en esta estancia que mengua,
que te desgarra el corazón a tiras,
y te comprime como comprime una prensa.
Como un pistón que te impulsa,
cual nuez arrugada de miedo
hacia la pétrea verdad,
reventando el disfraz
de no ser tu mismo.
Y vas y te apagas,
desciendes a la nada,
hacia un abismo
con las paredes empapeladas
de verdades que mienten.
De embustes atestadas,
y de un sin fin de espejos hipócritas que te sonríen
y maldicen que te vayas.
Donde tus aturdidos conceptos
quedaran centrifugados
y bien planchados
hasta el día siguiente.
Donde tu lienzo gris cerebral
Se tiñe de óleo, mezclado con vino barato
y unos cuantos gramos de algo,
para de algo, auto convencerte.
Edulcorando las ideas
uno no se responsabiliza de sus actos,
se inyecta coartadas,
porque no es uno.
Más bien es una puta cáscara de nuez
que dolorosa y lentamente se resquebraja,
esparciendo lo que pudo llegar a ser.
Es necesario mirar hacia dentro
remover la mierda y defecarla,
o podría llegar a ser irreversible
si te das cuenta demasiado tarde,
el sentirse jodidamente estreñido para siempre.
Sé tu mismo y reza…
MALOS TIEMPOS
MALOS TIEMPOS
Los llantos combinaban
con las sombras.
El olor a perfume curado
diseccionaba el habitáculo en mil recuerdos,
como en un tablero de ajedrez cibernético.
Unas bragas de algún triunfo añejo
bajo la cómoda de cartón mojado.
Yo y mí extenuada mano
departiendo momentos con mi semen cansado,
mi esperma agotado.
Recuerdo sentirme seguro
debajo de tu falda entre tus piernas,
luego fue distinto.
Almohadas ecuánimes sobre mi embotado cerebro en horizontal,
mientras apocado me evadía de tus gemidos.
Botellas de vino aladas revoloteaban a mí alrededor
vomitando ideas, ilusiones, lamentos,
que me empeñaba en capturar con cierto tesón
con mi cazamariposas adornado,
sin resolver otra aburrida vez
que la red estaba rota y sin coser.
Todo al piso otra vez.
Tus verdades hace ya tiempo
que se lo llevaron todo,
a mas de 20 vidas mas o menos de distancia.
Tus mentiras las muy pesadas
aún decoran la estancia.
Hubo un tiempo
en que mis libros sólo acarreaban
paginas en blanco desorientadas,
y que por las calles no existían los semáforos.
También una hoguera perseverante
me abrazaba con sus llamas cuando tú no estabas.
Malos tiempos.
Pero llovió y mitigaron las llamas,
regresaron las letras,
y los semáforos ni fu ni fa,
porque no tengo coche…
Los llantos combinaban
con las sombras.
El olor a perfume curado
diseccionaba el habitáculo en mil recuerdos,
como en un tablero de ajedrez cibernético.
Unas bragas de algún triunfo añejo
bajo la cómoda de cartón mojado.
Yo y mí extenuada mano
departiendo momentos con mi semen cansado,
mi esperma agotado.
Recuerdo sentirme seguro
debajo de tu falda entre tus piernas,
luego fue distinto.
Almohadas ecuánimes sobre mi embotado cerebro en horizontal,
mientras apocado me evadía de tus gemidos.
Botellas de vino aladas revoloteaban a mí alrededor
vomitando ideas, ilusiones, lamentos,
que me empeñaba en capturar con cierto tesón
con mi cazamariposas adornado,
sin resolver otra aburrida vez
que la red estaba rota y sin coser.
Todo al piso otra vez.
Tus verdades hace ya tiempo
que se lo llevaron todo,
a mas de 20 vidas mas o menos de distancia.
Tus mentiras las muy pesadas
aún decoran la estancia.
Hubo un tiempo
en que mis libros sólo acarreaban
paginas en blanco desorientadas,
y que por las calles no existían los semáforos.
También una hoguera perseverante
me abrazaba con sus llamas cuando tú no estabas.
Malos tiempos.
Pero llovió y mitigaron las llamas,
regresaron las letras,
y los semáforos ni fu ni fa,
porque no tengo coche…
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