La masturbación de las palabras que duermen
mientras surcan la parálisis onanista de los sueños;
derrotadas, carentes de memoria en la placenta del tintero;
un dedo empotrado en la nariz,
los nueve restantes en riña por hacerlo en el ombligo.
Yace la osamenta en el corredor de saliva
sobre la condena alzada en el fragor del mutismo.
Las puertas, mucho mas allá de sus bostezos,
juegan a no hallarse frente a los ojos Baconianos
que hurgan con la retina en la distancia.
Ha adoptado la tierra,
una postura gradualmente febril y tiembla;
mientras, las sombras,
esnifan paracetamol cortado con humo
en el proscenio del crimen.
Hay algo que sustrae pernos de las uñas
con la antena de un televisor,
recuerdos en llamas que tallan
sus propias venas de corcho,
un alto porcentaje de bienestar carente de olfato
que mana de las llagas...
Tan solo reina la inquietud
de obtener viagra a través de la red,
de asegurarse el tiro
dejando bien estacionada la carencia de oxígeno
hasta el rugir de los números…
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