viernes, 16 de enero de 2009
AL DIOS QUE NUNCA REZA (DUETO)
Giacomo Sonaglia.
AL DIOS QUE NUNCA REZA
(dueto Joan Port y Jaume Vendrell)
Joan
Jaume
Al dios que nunca reza,
al pulmón que exhala
inmisericorde la muerte,
renuncio desde el blanco que derraman
los ángeles caídos
sobre la tristeza del mundo,
a tu perdón.
A través del excremento
que se forja en el vientre.
Desde la vejiga estrangulada
por las manos encarnadas de la sangre que escupe
la sonrisa del clavo.
Espigas y el llanto exabrupto de la hambruna
caen como el desecho del poro
en las llagas bosquejadas de la frente que se pudre en orín.
Bífida lengua enroscada
mordiendo sobre un cuello
mis parpados caídos,
la próxima serpiente dentellea
sobre la carne del ocaso
la arteria de sangre del amanecer.
Angustia al trote sobre la existencia y el tropel en el exilio.
Plegarias bajo altares de cartón.
Arcada que emerge atravesada en la garganta
junto al pellejo de la hostia prescrita
y el filamento inconexo
del tanga episcopal.
Para el dios que nunca reza
y entre las llamas de una iglesia
pesebres moribundos
niños famélicos y negros succionando
la costilla de hambre del mundo.
Tras el ultimo puñal suntuoso que sesga la carne aterida.
Tras el tímpano fecundado por la hipócrita campanada.
Eucaristía. Fusión de las garras del diablo con el falo
que derrama el esperma sobre la última oración
Quizás otro diluvio
quizás otro pastor jadeando
sobre el vello púbico de una virgen
ante el cristo de la resurrección
Quizás a través del himen perforado
por la cruz podrida y la salobridad de la orina del caído.
Quizás por la carcoma que eyacula sobre la castidad del útero
tras devorar la membrana,
nazca un nuevo dios…
AL DIOS QUE NUNCA REZA
(dueto Joan Port y Jaume Vendrell)
Joan
Jaume
Al dios que nunca reza,
al pulmón que exhala
inmisericorde la muerte,
renuncio desde el blanco que derraman
los ángeles caídos
sobre la tristeza del mundo,
a tu perdón.
A través del excremento
que se forja en el vientre.
Desde la vejiga estrangulada
por las manos encarnadas de la sangre que escupe
la sonrisa del clavo.
Espigas y el llanto exabrupto de la hambruna
caen como el desecho del poro
en las llagas bosquejadas de la frente que se pudre en orín.
Bífida lengua enroscada
mordiendo sobre un cuello
mis parpados caídos,
la próxima serpiente dentellea
sobre la carne del ocaso
la arteria de sangre del amanecer.
Angustia al trote sobre la existencia y el tropel en el exilio.
Plegarias bajo altares de cartón.
Arcada que emerge atravesada en la garganta
junto al pellejo de la hostia prescrita
y el filamento inconexo
del tanga episcopal.
Para el dios que nunca reza
y entre las llamas de una iglesia
pesebres moribundos
niños famélicos y negros succionando
la costilla de hambre del mundo.
Tras el ultimo puñal suntuoso que sesga la carne aterida.
Tras el tímpano fecundado por la hipócrita campanada.
Eucaristía. Fusión de las garras del diablo con el falo
que derrama el esperma sobre la última oración
Quizás otro diluvio
quizás otro pastor jadeando
sobre el vello púbico de una virgen
ante el cristo de la resurrección
Quizás a través del himen perforado
por la cruz podrida y la salobridad de la orina del caído.
Quizás por la carcoma que eyacula sobre la castidad del útero
tras devorar la membrana,
nazca un nuevo dios…
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4 comentarios:
Chicos! vaya super dueto que habéis montado, bueno, pues felicitaciones a los dos.
Un abracísimo
Marian
Buen dueto de dos almas gemelas.....
Ya ves, que te soy fiel.......
Genial experimento, una delicia.
Saludos.
Vaya par de cabronazos estáis hechos , cojonudo , seguir delirando, un abrazo hermano
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