BIENVENIDOS

Tras eyacular sobre la quietud de la palabra,

tras sacudirse la mueca el vibrar de las nueces

se adhiere el clamor al tejido.

Es el flujo que vierte a secuencias

los grumos que transfiere el vocerío anexo a la sangre,

la trampa del nombre escupiendo cepos

bajo el vaivén nodriza del drama que acontece…

Una lápida sobrepuesta en la piel de la tierra

es el llanto de la poesía

en la boca de estas páginas.

Bienvenidos…


Tom Waits inmortalizado en pasteles

MOON IS THROLL (Montserrat)

MOON IS THROLL (Montserrat)
Un cuadro en pasteles para Cesc Fortuny y Marian Raméntol inspirado en la música de O.D.I , y como no, en la amistad

lunes, 11 de octubre de 2010

POESÍA

La vida viene a ser algo así como una cadena. Hay cadenas con un registro superior de óxido que las hace distintas a las demás, sin embargo, no dejan por eso de pertenecer a la familia de esos objetos donde al sucederse uno tras otro, se forma la conjunción de un número indefinido de eslabones. Hay cadenas mas cortas, mas frágiles, otras mas estrechas, incluso las hay perpetuas, pero todas tienen el mismo denominador común, los eslabones por las que están constituidas.

Los eslabones vienen a ser los acontecimientos, las efemérides incluidas dentro del sobre que abrimos desde el momento en que existimos. De nosotros depende en gran medida, el grado de energía que imprimimos para alcanzar el siguiente eslabón, y sobre que parámetros en lo que a dinamismo se refiere circulamos hasta lograr dicho objetivo.

Bien, dicho esto, hablaré de los eslabones que modelan una cadena. Los eslabones vendrán a ser poemas, crónicas o relatos (llamémosle, el lenguaje interno que cobra volumen a raíz de los eventos que derivan de la superficie) que te arrojan a los brazos de un suceso; por ejemplo la muerte, o un beso. De un estado, por ejemplo un estado de amor o de histeria. De una inapetencia o un deseo, tanto coetánea como independientemente.

Existen distintos soportes a los que nos sujetamos a la hora de detallar el camino que nos conduce a los sucesos y a los estados; qué sucesos nos impulsan a los estados y en que estado lo hacemos, así como a las inapetencias y los deseos.

Todos estos alicientes, por llamarlo de alguna manera, no serán si no, alcanzado el objetivo, nuevas formas de lenguaje interno, que nos conducirán a otras y así sucesivamente.

A veces, y lo veo en comercios, bares, el metro y en la propia calle, los eslabones se rompen y no por eso dejan de ser poemas, o crónicas, o relatos. Textos intrínsecos con una métrica preestablecida (maltrato, violencia, machismo porque soy el hombre que lleva los pantalones en casa, etcétera…), y un número determinado de sílabas que hay que contar (televisión, futbol, prensa rosa porque me entretiene y así no pienso en mi desgracia, etcétera…).

Yo solicito que irrumpamos en el siguiente eslabón, en un suceso, en un estado, o en ambos simultáneamente, navegando por las aguas de un suceso, estado o ambos, a través de un mundo que haga que nos ausentemos de esta farsa. Ese mundo, al que oso a mirar a los ojos sumido en el desagravio, en el desacorde proceso creativo; muchos llaman a ese mundo, el estado de la conciencia que no controlamos, o dicho de otro modo, el subconsciente, yo me abstendré de utilizar esta palabra.

Llegado al punto diré, que muchos sostienen que en el último eslabón de la cadena se encuentra la muerte, y eso es algo que daría mucho de que hablar, algo con lo que no estoy de acuerdo en absoluto. ¿Acaso no palpáis, que cuanto mas se aproxima, vuestra virginidad se estrecha y se estrecha hasta el punto en el que caeréis por ambos lados de una línea inagotable?

No existen en este planeta, que expira lentamente por el éxodo del sentido común en la humanidad, árboles suficientes que produzcan proporcionalmente el papel donde condensar todo lo que significa para el hombre esa palabra, o mejor dicho, esa “herejía”.

Tan solo hay algo, argolla tras argolla, peldaño tras peldaño, que persista después de todo lo acontecido al final de la cadena. Ese algo es la puta poesía.

Y “ELLA”, como buena herejía, muy a pesar de su clientela, es todo poesía.

LA HISTORIA CRUEL DE UN TEATRO AFIN AL SILENCIO


"En cada paso hundido en el lodo
hay un abanico de humedades".



Somos error en el útero del ego,
aguardamos la espera inherente a formas
urdidas al tedio,
a la anciana prostituta cortejada en la torpeza,
al fenómeno que implica
formar parte de la causa.

Un espectáculo, un error furtivo
entre la mácula del culto,
la historia cruel de un teatro
afín al silencio.

De tal modo que el silencio se transforma en agonía,
en el punto inquieto del hierro ante la llama,
donde un puñal sesga el llanto de la noche
sobre el hielo de una línea
justo en la detonación del proceso.

Sumidos en la demora
abrigamos el letargo con sueños indemnes,
con las plumas del ave que engulle la tierra
hasta sentir el frío en las caries
del credo azucarado.

He visto un insecto
persuadido por la carga del abdomen
presagiar el hedor de los días muertos,
manchar de sangre
las ventanas de la huída
cuando vierten cobalto mis grietas.

Lo que duele en el iris
es un algo a nado en la hemorragia,
en la lengua rumor de largas intenciones
como el nudo en la soga que mora en el pozo
donde mas de un entierro soñó ser nombrado.

De la gaveta de mis arterias
germina el mar hacia la muerte
mientras augura un sprint de luz en el hueco,
un emplazamiento sin embargo herido
en la oración de un dios inexistente.

En el centro,
los naufragios violan a sirenas
con botellas colmadas de ironía;
ajenos al espasmo,
al canto mudo que se gesta en tierra firme.



Fue solo aire, un poco de ruido y semen
lo que escupieron los armarios…