BIENVENIDOS

Tras eyacular sobre la quietud de la palabra,

tras sacudirse la mueca el vibrar de las nueces

se adhiere el clamor al tejido.

Es el flujo que vierte a secuencias

los grumos que transfiere el vocerío anexo a la sangre,

la trampa del nombre escupiendo cepos

bajo el vaivén nodriza del drama que acontece…

Una lápida sobrepuesta en la piel de la tierra

es el llanto de la poesía

en la boca de estas páginas.

Bienvenidos…


Tom Waits inmortalizado en pasteles

MOON IS THROLL (Montserrat)

MOON IS THROLL (Montserrat)
Un cuadro en pasteles para Cesc Fortuny y Marian Raméntol inspirado en la música de O.D.I , y como no, en la amistad

viernes, 27 de noviembre de 2009

EL FINAL DEL CICLO




Se congestiona la temperatura de las células, la gualda equimosis del virus adquirido que impregna los cimientos de la espera con mucosas.

Descargas bipolares caen como esquirlas a plomo; tras un banquete de oraciones asciende el mecanismo de la carne envuelto en dióxido de carbono.

El clamor adherido al tejido, la sangre al fresco, el llanto al silencio; todos ellos manando de las venas, también la nalga pelada del simio lo hace por la escasez condenada de la droga.

Un magnetófono con apariencia homicida vierte minas al paso de un batallón que avanza en tropel de niños; desgarran al trote la distancia a jirones mientras rastrean la claridad de su objetivo.

El magma incandescente de los sueños presume de aspereza, como el rumor insufrible de la raspa del pez sin lengua; bestia que nada con sigilo y perfora los conductos que derrama la distancia por debajo de las puertas.

Líneas discontinuas se afianzan a los poros de la noche; caen sus cargos en penumbras al ser asida boca abajo por los brazos en construcción de la luna.

Los sollozos del alba retransmiten su férreo extracto sobre un sin fin de poemas por el ojo amarillo que reside en las persianas…

Es difícil creer en uno mismo, retener la ventosidad que engullen los delfines hasta el fondo de un océano esbozado con los dedos.

Lo es penetrar en el fondo de nuestras vísceras, digerir lo ingerido desde platea, besar la porcelana de los labios que nos guían a través de las butacas, escupir su ira sobre el telón carcomido por la grasa afilada que exuda el hombre.

También extraer la mierda a palazos desde adentro resulta difícil; y mas aún por el carril derecho de una vía de descarga en mal estado.

Resulta mas sencillo aliarse con la soga del atril que bordea al cantar de muertes, la voz de un pentagrama
............................................ borracho
.........................................................de baladas…


Definición: Como las piezas de dominó cuando ejercen de modelo, una fila de úteros aguarda; erguida dentro del ángulo de visión que nos fue concedido se mantiene inflexible. Tan solo resta acomodarse en las mieles de proverbios, tejer con hilo dental la espera, y aguar con tierra el final del ciclo…

martes, 17 de noviembre de 2009

"PUERTO"




...Mi último cuadro en pasteles... (Para verlo un poco mas ampliado clicar sobre la imagen)

sábado, 14 de noviembre de 2009

EL HADO… (A William y Oliverio)



El hado, mas terco y sabio que la montonera de calcio que impulsa la marcha del hombre, muestra sus carencias a través de la jaula oculta de los simios.

Como el glande del hastío, que desenvaina y oxigena la testa por donde afloran los delirios mientras rasga, al compás del tiempo, la vulva incandescente de las horas.

Al ritmo cárdeno del vino, de los ojos que lamen las caderas de un pedazo de poema descompuesto en el tablero irresoluto de un cuaderno; de cirros de “maría” que surcan la estepa de la historia hasta exhalar los clavos del mito bocanada a bocanada.

Hay una lengua que teje su guarida a la luz de una lámpara de mesa, una araña que urde recuerdos sobre el polvo apilado en la joroba de las vigas, también un terrón de tristeza disuelto en el vapor de trece estrofas con insomnio.

Mientras, ahí fuera, al otro lado del rincón de las palabras, a la umbría del marco que escupen las ventanas, trituradores de oxigeno encintan la cara ovalada de un rectángulo con la banda en meta de un trayecto imaginario.

Agazapada a suburbios por donde cae la lluvia de cientos de estaciones, se muestra verticalmente húmeda, como el renglón que traza el peso del estallido y la venganza.

Todo un tumulto de sucesos, que besan con el filo que no entiende de carencias los carrillos que nos muestra la pulsión de la esperanza.

No hurgan sobre el fresco insaciable que brota a impulsos de la piel incandescente en las esquinas descuidadas de las plazas…

La sal del asfalto, como ansiando calcar la empuñadura del estoque, oscila entre los cauces sudorosos que manan, a golpe de martillo, sobre estas manos sedientas de triunfos.

La herrumbre de balcones germina en el huerto de antebrazos sangrantes de existencia; también se licua entre descargas el vaho que golpea los espejos mientras aguardan babeantes los sepulcros…

Hacinado tras cubículos de arena, donde se posa el silencio para orar todo tipo de sermones, emulando al hocico del caballo que rehabilita las llanuras, trata el hombre de impulsarse hacia la estela del vacío; diseccionado en mil pedazos, encolado al adhesivo de su aturdida y estúpida conciencia, inventando menesteres para así justificar la brevedad de su escuálido destino.

A los pies de ese perfume masticado por unos, contrario a perforar la cavidad que tritura con sarcasmo el oxigeno del resto.
A la sombra de cornisas que pintan sus pupilas con el paso polvoriento de bandadas…

Carentes de fruta, los labios que engullen el dorso del que circula cien metros por delante, narran conferencias; mientras, arcones empachados de ceniza (junto a la crisis cardiovascular de sus bisagras), permiten a los muertos con capucha partir hacia otra parte…